Reseña o resumen
Sin lugar a dudas, existe un mercado de "Dietas". Y como en todo mercado, nos dejamos llevar por la publicidad o por lo que nos llega en un momento determinado en que nuestra psicología está receptiva a este tema. Y en salud, no podemos dejarnos llevar por esta lotería. Hay que estar informado y saber, con cierta precisión y profundidad, a qué nos lleva cada dieta. No es lo mismo una dieta terapéutica que una dieta saludable. Una tiene fecha de caducidad y no la otra. Pero esto nos conduce a profundizar en el contenido de cada alimento y en su proceso metabólico en nuestro organismo. Y en este camino, descubrimos que no solo "somos lo que comemos", sino también y especialmente, "lo que absorbemos".
Y aquí radica el protagonismo de nuestro intestino. ¿Tiene intolerancias alimentarias? ¿No las tiene? ¿Necesita una suplementación? ¿Nuestro metabolismo funciona igual a los treinta que a los sesenta años? Y si no es así, ¿qué podemos hacer para frenar al máximo nuestro envejecimiento consiguiendo optimizar nuestro funcionamiento metabólico? Cuando cualquier maquinaria, como la de un coche, está bien reglada, funciona mejor y gasta menos combustible.
Pues bien, consideramos la máquina humana en este sentido. Y para que esté bien reglada, ha de funcionar en homeostasis. Sin nada que chirríe. Sin nada que sobre, ni nada que falte. Y para que ello ocurra, esta máquina humana necesita el combustible adecuado. Y si el alimento que tomamos tiene unas carencias, hay que suplementarlo con oligoelementos. Es lo que nos enseña la Medicina Ortomolecular. ¿Por qué esta Medicina va a ser un privilegio de los deportistas de élite? No. Para cada uno de nosotros, no hay mejor élite que uno mismo.
María Dolores Muntane Coca, es periodista científica con una larga trayectoria trabajando en revistas médicas. Pero, en un momento dado, se conciencia de que la Medicina ortodoxa no cumple con su función de curar y tampoco muchas veces con la de no hacer daño. Principios hipocráticos ineludibles. Es entonces cuando investiga y se da cuenta que la mayoría de fármacos existentes en el mercado tienen como objetivo paliar o amagar el síntoma, pero no curar la enfermedad, porque ni siquiera van a la causa. Y lo más perverso es que, en muchos casos, tampoco la busca el médico alopático. Y en esta búsqueda de la causa, hay dos componentes: el genético y el de la forma de vida y alimentación. Contra el primero, hoy en día, se ha avanzado mucho. Y los estudios genéticos colaboran en la prevención de enfermedades. Y en el segundo, la alimentación es básica. La respuesta a ello es la elección de la alimentación ecológica y la suplementación. Así que en los últimos veinte años, M. D. Muntané se ha especializado en Medicina Ortomolecular y en su aplicación al anti-envejecimiento. Y cómo no, al anti-cáner, como sendero obligado