En la Deontología de cualquier profesión ocupan un lugar destacado las exigencias de fidelidad a la verdad, constante preparación y responsabilidad, honestidad, confianza, sentido social y rechazo de todo tipo de fraude. El trabajo profesional implica el ejercicio de un derecho que, a su vez, conlleva la asunción de unos deberes correlativos, jurídicos oéticos, cuya última razón de ser se encuentra en el servicio a la sociedad.
En Deontología farmacéutica aplicada no hay que contemplar la reflexión ética como algo abstracto, etéreo ni complicado a lo que se apela desde el ámbito académico o cuando existe un irresoluble conflicto profesional. El razonamiento ético forma parte de lo ordinario ya que la vida ética comienza cuando uno se pregunta qué va a ser de él. Se abordan cuestiones de trascendencia y actualidad como la responsabilidad moral del farmacéutico, la autonomía del paciente, el uso racional del medicamento, el secreto farmacéutico, la competencia desleal, los productos milagro y el dopaje, el cannabis, los anticonceptivos, la medicalización y la objeción de conciencia.