El intervencionismo estructural ha significado una de las revoluciones más importantes en los métodos terapéuticos en cardiología.

Los procedimientos intervencionistas exigen una valoración adecuada de la anatomía cardíaca, sin embargo, el cardiólogo intervencionista puede tener dificultad en la identificación de las estructuras anatómicas con los métodos tradicionales utilizados en la sala de hemodinámica. Las técnicas de imagen, y fundamentalmente la ecocardiografía, han significado un auxiliar en ocasiones básico para el conseguir el objetivo terapéutico deseado. Su llegada al laboratorio de hemodinámica ha abierto un campo inmenso de colaboración entre dos superespecialidades inicialmente contrapuestas: la cardiología invasiva y la no invasiva, que se amplía con la incorporación de otras técnicas de imagen como la resonancia magnética y el tac multicorte