Reseña o resumen
A través de la percepción recibimos la información y es en la memoria donde se acumula la
misma para un uso futuro. El pensamiento utiliza ese conocimiento otorgado por la
percepción y la memoria, combinándolo y organizándolo en nuevas pautas y nuevas
combinaciones.
Si únicamente tuviésemos la capacidad de percibir, nos encontraríamos atados al pasado
inmediato. Pero si a esa percepción agregamos la memoria, nos habremos convertido en
individuos con un pasado además de tener un presente.
Y si a ello, añadimos el pensamiento, poseeremos la capacidad de proyectarnos en el futuro.
Nuestra capacidad para captar nuevos datos, dependerá de la habilidad que tengamos para
procesarlos -organizándolos o desglosándolos- para el almacenamiento y la recuperación
eficientes. De ahí, la importancia que tiene para todo ser humano, en la adaptación a su
medio, el reconocimiento de los estímulos que capta, la valoración y la decisión sobre cuál
de ellos actuar.
En todo proceso, entra en juego la memoria a corto plazo, extrayendo recuerdos,
experiencias y acciones recuperadas de la memoria a largo plazo, para el procesamiento de
nuevos datos.
El aprendizaje, entonces, se realiza a través del almacenamiento de información a largo
plazo, en forma recuperable. Este almacenamiento está estrechamente unido a la atención y
afectividad.
Cuando aparecen dificultades en retención, recuperación o reconocimiento, muchos niños se
ven impedidos de acceder a un aprendizaje eficiente.