¿Es posible ser clínico de día y científico de noche? De esto habla el autor en el libro y lo hace desde una determinada manera de entender la dedicación a la medicina y a la ciencia. De la difícil y a veces impo sible convivencia de la lógica científica y la lógica clínica y del apasionante empeño de ser ambas cosas a la vez en el contexto laboral y cultural de nuestras instituciones públicas. El libro habla de medicina y de ciencia, pero también de la historia personal del autor, médico de un gran hospital del Sur de España, Jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición, director de un grupo de investigación en el que conviven bió logos y médicos, farmacéuticos y enfermeras, psicólogos y pedagogos. Un heterogéneo grupo que definen con su propia diversidad la manera de entender las relaciones entre la clínica y la ciencia, a lo largo de muchos años de dedicación a la medicina y a la investigación, desde la visión holística que el nuevo paradigma de la complejidad obliga a cual quier clínico y a cualquier científico del siglo XXI. Un empeño que no ha sido ni mucho menos lineal y que ha exigido de otra condición que se impone el autor desde la primera página: la consideración de la medicina clínica como un humanismo científico.