Los seres humanos están capacitados para hacer frente a temas complejos, como el concepto siempre cambiante de la salud. Sería corto de miras seguir entendiendo la salud humana como algo independiente del sistema de la salud en el que está integrada .

El planeta Tierra es un sistema cerrado que estamos obligados a respetar. No podemos seguir comportándonos como si las reservas y la resiliencia del planeta y de las criaturas que alberga fuesen infinitas .

La epidemia de la COVID-19 ha demostrado nuestra fragilidad como especie. La humanidad ha sido atacada por un virus hasta entonces desconocido que se ha extendido con gran rapidez gracias a una velocidad de desplazamiento de la población nunca visto antes en la historia de la humanidad. Ha logrado alterar completamente y de forma repentina el sistema socioeconómico mundial. Un hecho tal, nos ha servido de estímulo fundamental para reevaluar la salud en el contexto de un sistema circular que engloba a los seres humanos y al ambiente en que vivimos. El desafío principal al que nos enfrentamos consiste en descubrir nuevas formas de resolver esta crisis. ¿Podemos abandonar la tendencia, siempre apreciada pero bastante obsoleta en la actualidad, a especializarnos en un área temática restringida? ¿Podemos volver a descubrir la capacidad de hacernos permeables a ideas procedentes de otras disciplinas y adoptar una forma de pensar fuera de lo normal?
Este libro anima a quien lo lea a tener en cuenta ese desafío mediante el sistema de contar diversas historias, tanto grandes como pequeñas. Historias que, aunque, a veces, han sido desoídas, han marcado el curso de nuestra historia y que, por tanto, abren la puerta a nuevas vías de progreso. En cierto modo, la COVID-19 puede que nos haya mostrado la dirección que la naturaleza espera que sigamos.