El cuerpo humano tiene numerosas formaciones espirales y el sistema auditivo tienen una gran riqueza de ellas. Estas parten con la oreja que tiene una forma de llave de fa seguida de las sinuosidades estructurales del conducto auditivo externo, oído medio y al interior en el laberinto coclear y vestibular. Seguidos ellos de un gran conjunto de laberintos y sinusoides que constituyen el laberinto central, que es el cerebro. Es a través de estas estructuras que el sonido, cual peregrino, hace su recorrido. En el trayecto, estas espirales no sólo transmiten la energía y modifican el mensaje, sino que en su proporción y armonía le aportan una belleza inherente que esta en la armonía y la proporción de sus estructuras para hacer del sonido que transmiten, algo armónico y bello.

Indice
Agradecimientos
Dedicatoria
Introducción
El Peregrinar del Sonido
Reconocimiento
Etapa 1. El Oído Externo
Etapa 2. Oído Medio
Etapa 3. Oído Interno
Etapa 4. Entendiendo el Mensaje (Procesamiento Central)
Epílogo